Los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas estuvimos visitando la castellana ciudad de Burgos.
Son
innumerables los edificios y monumentos que atraen nuestra a tención. El
primero en nuestro itinerario es El Palacio de La Capitanía General, de
principios del S. XX, que hoy en día
alberga El Museo Histórico Militar de Burgos.
A su vera una gentil señorita se guarece en su paraguas del agua que cae.
Y unos pasos más adelante El Tetín y su Danzante se afanan en no perder el compás.
Le sigue El Templo de San Lorenzo El Real de finales del S. XVII y Estilo Barroco.
A su
lado El Herrero se esfuerza forjando el duro hierro.
Hasta
llegar a La Plaza Mayor cuyos orígenes se remontan a La Edad Media siendo
utilizada para celebrar los mercados semanales. Actualmente está presidida por
una estatua de Carlos III.
A través
de un pórtico de La Casa Consistorial accedemos al Paseo del Espolón, construido en el S. XVIII, uno de los lugares más
frecuentados por propios y extraños. Lo sombrean gran variedad de especies
arbóreas: tilos, sauces, castaños de indias, álamos, plátanos,…
Aquí y
allá encontramos diseminadas multitud de estatuas de reyes, y otras, como La
Castañera.
Todo
ello a orillas del Río Arlazón cuyas aguas, que se deslizan bajo El Puente de
Santa María, frecuentemente lo inundaban, por eso, ahora, lo vemos elevado con diferentes
estructuras para evitar que eso ocurra.
Y aquí
cerquita se alza el imponente Arco de Santa María. Con origen en el S. XIV tiene
un marcado carácter militar aunque ha desempeñado diversos usos a lo largo de
la historia: cárcel, sede del
consistorio, museo provincial,…
La
fachada exterior tiene forma de retablo. Una división en vertical y
en horizontal, con tres cuerpos y tres calles. La decoración escultórica únicamente aparece en la calle
central, destacando las figuras de Carlos V y de La Virgen María con El Niño.
A
través de él accedemos a La Plaza del Rey San Fernando desde donde se nos
ofrece una maravillosa visión de la majestuosa Catedral de Burgos. Verdadera
joya del Arte Gótico y Patrimonio de la Humanidad desde 1984.
De
inicios del S. XIII y ampliada en épocas posteriores con dos espectaculares
claustros, el cimborrio y diecinueve capillas, presenta diferentes estilos
artísticos que conforman un inigualable edificio gótico consagrado bajo
la advocación de Santa María La Mayor.
Como es
habitual en el gótico, los conjuntos escultóricos se concentran en las
diferentes portadas. La Portada del Sarmental es la que visitamos primero. Presenta clara
influencia francesa con uno de los mejores conjuntos de escultura monumental
europea.
La Portada
de La Coronería, también conocida como la de los Apóstoles está varios
metros por encima del Sarmental, desnivel que se salva en el interior con La
Escalera Dorada de principios del S. XVI.
La
Fachada de Santa María, de iconografía mariana, es la principal. En ella destaca
el enorme rosetón con forma de estrella de seis puntas o sello de Salomón.
Sobre él luce una elegante galería decorada con estatuas de los reyes de
Castilla rematada con la inscripción Pulchra es et decora, en alusión a la
Virgen.
Pero,
sobre todo llaman la atención las elegantes agujas góticas que coronan las dos
torres.
Se abre
hacia La Plaza de Santa María así llamada porque Nuestra Señora está en el centro, sobre una
fuente, mientras unos niños cabalgan sobre peces.
Después
de admirar el interior de la catedral, con toda la belleza acumulada en sus
diferentes capillas y retablos, seguimos nuestro periplo pasando bajo El Arco
de Fernán Gómez del S. XVI y Estilo Herreriano.
Ascendemos
unas cuantas escaleras y arribamos al punto más alto del Cerro de San Miguel en
donde se encuentran El Castillo de Burgos y su muralla.
Declarado
Bien de Interés Cultural en 1949, durante su larga vida, ha sido alcázar, residencia real, prisión, y lugar de alojamiento para huéspedes notables. En él
destacan el patio de armas, puertas y restos de la muralla.
No os
perdáis las vistas que se contemplan desde El Mirador del Castillo.
No nos
perdimos La Iglesia de San Esteban de Estilo Gótico construida, entre finales
del S. XIII y principios del XIV.
En su
entorno una fuente mana fresca agua.
Y a
pocos pasos se eleva El Arco de San Esteban de Estilo Mudéjar con un gran arco
de herradura en ladrillo.
Todo
esto y mucho más que dejamos en el tintero hacen de ésta una visita cultural y
emotiva sobre la ciudad de Burgos a la que sin duda alguna volveremos.
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