Este domingo 21 de abril desde el Blog Grupo De Andainas
Rías Baixas nos acercamos hasta La Illa De Arousa.
Un viento gélido
golpeaba la cara de los caminantes que, partiendo del puerto de la isla, se
aprestaron a recorrer prácticamente todo su litoral.
Los barcos, veleros y botes descansaban
apaciblemente sobre las aguas o en su lecho de arena, mientras los senderistas
apuraban el paso entre la hierba, por caminos de tierra o de zahorra, o incluso por pasarelas de madera, teniendo
siempre el mar a la derecha.
Así llegamos hasta el faro de Punta Cabalo que
visitamos apresuradamente para continuar la marcha, apreciando el bonito
entorno, no sólo por la presencia azul constante del mar, sino también por las
curiosas formaciones de rocas que vamos encontrando, lo que da el nombre de “Ruta
dos cons” al lugar por donde caminamos.
Llegados a Area da
Secada, giramos a la izquierda para llegar hasta el campo de fútbol de A Bouza.
Allí volvemos a coger a la derecha, y por un camino rodeado de tojos y
retamas llegamos hasta las instalaciones de un radar que controla todo el
tráfico marítimo de la Ría.
Señalar que en esta parte, y en algún que otro tramo más, la ruta se ecuentra casi
intransitable por la altura de la vegetación, que en algunos lugares hacía que
pareciese que nos encontrásemos en plena jungla, teniendo que luchar a brazo
partido para irnos abriendo camino.
Lo cual quiere decir, que si alguien no lo
remedia, dentro de poco, sí que ya no habrá manera de pasar. Es una pena porque durante
el trayecto podríamos contemplar vistas increíbles con el mar como protagonista.
Descendiendo por un camino de tierra nos
encontramos con el monumento al Sagrado Corazón que
escalamos para contemplar la maravillosa naturaleza a lo lejos en el horizonte, y continuamos bajando por una pista de asfalto y de cemento
hasta encontrarnos de nuevo con el mar.
Giramos a la izquierda, y, siempre con el mar a la derecha, continuamos hasta la playa de Gradín. Y ya a partir de aquí la caminata será una sucesión de pequeñas calas ideales, algunas con las barcas esperando los remos y los remeros, alternando con bosques de pinos.
Y así llegamos
hasta el lugar de Quilmes. Cerca de allí se encuentra el Molino de Las Aceñas,
un molino peculiar de los llamados “de marea”, porque funcionaba con el bajar y
el subir del agua de las mareas.
De nuevo continuamos, ahora por el llamado
sendero Dos Pilros, cala tras cala y pinar tras pinar, contemplando allá en la
lontananza la Illa de A Toxa Y O Grove, hasta Punta Carreirón en donde además
de la playa encontramos un área recreativa con mesas y bancos de piedra que
invitaban al descanso.
Pero claro que no nos quedamos aquí, sino que
continuamos andando para encontrarnos de nuevo con bonitas calas, piedras de
forma caprichosa, dunas de vegetación única, pequeñas lagunas y ensenadas que
durante el invierno sirven de refugio a muchas aves acuáticas.
Dando la vuelta a
la Illa De Arousa, y siempre con el mar a nuestra derecha regresamos a Punta
Carreirón, pasamos el Con do Cocodrilo y llegamos hasta el inicio del puente
que comunica la Illa con el continente, y que en esta ocasión es también
nuestro punto final.
En la arena, las familias disfrutaban de los cálidos
rayos que Lorenzo quiso enviarnos en este bonito domingo de primavera. En la mar, varios veleros navegaban surcando las
aguas agitadas por el viento.
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