Y no podía fallar: otro domingo de lluvia, viento
y algún que otro trueno retumbando allá en lo alto…
Pero ya sabéis que eso no
es suficiente para que dejemos de asistir a
nuestra cita dominical desde el Blog Grupo De Andainas Rías Baixas. Y esta vez nos quedamos aquí muy cerquita: En Marín.
Saliendo de las inmediaciones del campo de fútbol
de San Pedro nos dirigimos hacia El Lago De Castiñeiras.
Hay que señalar que una
primera parte la realizamos caminando sobre asfalto, pero después nos encaminamos
por pistas forestales, siempre ascendiendo, y con unas increíbles vistas sobre La Ría De Pontevedra, La Isla De Tambo y de Marín hasta llegar a ese lugar idílico
que es El Lago De Castiñeiras.
Con la mañana desapacible como estaba, sólo algún
intrépido ciclista, unos locos conduciendo unos quads, y nosotros senderistas domingueros, éramos
los únicos visitantes del lugar.
Allí fuimos fantásticamente recibidos por una
familia variada de aves acuáticas, que rápidamente se acercaron a nosotros demandando
alguna que otra festiva golosina.
La superficie del lago, apacible, con la
silueta de la isla lacustre reflejándose en su espejo, sólo perturbada por el
desplazamiento de nuestros plumíferos amigos.
Emotivos recuerdos para casi
todos los participantes en esta
caminata, trayendo a la memoria aquellos días, no muy lejanos, en que disfrutábamos
de esta maravilla con toda la familia.
Y ya a partir de aquí comenzamos el descenso. Así
en una primera etapa, todavía por senderos de tierra, llegamos hasta Pardavila, y ya de nuevo con el asfalto a
nuestros pies, nos encaminamos hacia Sete Espadas, de allí a Mogor y dimos por
finalizada la etapa contemplando las olas de la playa de Mogor.
En la orilla,
un tronco luchaba, inútilmente, por librarse del embite del embravecido mar.
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