Pues este domingo desde el Blog
Grupo De Andainas Rías Baixas nos hemos desplazado hasta A Pobroa do Caramiñal para
realizar una ruta bonita, pero bastante difícil.
Es una senda circular que en
la primera parte de su recorrido coincide con la llamada PRG-91 teniendo su
inicio y final en la desembocadura del río Pedras en A Pobroa Do Caramiñal.
Como ya he dicho
comenzamos la senda ascendiendo y serpenteando a lo largo del camino junto al
río Pedras.
Difícil y dificultosa ascensión, en parte debido a la ruta en sí,
que se realizaba a veces saltando sobre las rocas que hay a lo largo del cauce
del río Pedras, en parte debido a la climatología, húmeda y lluviosa que hacía
más resbaladizos los cantos rodados sobre los que nos deslizábamos y también al
estado en sí del camino, con
partes a veces casi inaccesibles por la cantidad
de maleza, tojos, zarzas y demás, que hacía que a veces pensásemos que estábamos
en plena jungla africana y no a las riberas de uno de nuestros ríos.
La primera parte de la
ruta se realiza siempre subiendo y el grado de dificultad avanza a medida que
caminamos, sobre todo después de pasar un puente que unos dicen romano y muchos
otros medieval, cerca de un monolito que nos recuerda la antigua presencia del monasterio de Miserela, ya desaparecido.
A partir de aquí parece que nos encontramos en plena sesión de
alpinismo, caminando por estrechos senderos rodedos de tojos que sorteamos con
decisión y energía.
También hay que decir que el paisaje que tenemos ante
nosotros es espectacular y lo sería aún más si el día se hubiese presentado con
algo más de luz y calor. Aún así disfrutamos de las cascadas y toboganes que
nos ofrecía ahora el río San Xoán y de la visión entre la niebla de la Ría de
Arosa.
Al llegar a lo alto del
Barbanza sólo podíamos intuir la silueta de los molinos del parque eólico, además
de su sonido característico, y también entrevimos un manada de caballos
salvajes que aparecieron de improviso entre la densa bruma que ahora nos
rodeaba acompañada de un fuerte y frío viento.
Y como además comenzó a
llover bastante fuerte,y aquí, el jefe de expedición, con muy buen criterio,
decidió no realizar la bajada acompañando el río, por el peligro de resbalones y
caídas que esa ruta podía acarrear.
Es por eso que realizamos un rodeo,
caminando unos km más por pistas de tierra y algo de asfalto en el tramo final, que nos condujeron sanos y salvos
hasta el lugar en donde habíamos comenzado.
Aún así es una ruta que
recomendamos por la belleza del paisaje por el que transcurre, pero para
realizar con tiempo seco, aunque después de que haya llovido para poder
apreciar mejor las cascadas, los toboganes de agua y ese fenómeno que la naturaleza nos proporciona y que es conocido
como las piscinas
del río Pedras: Unas pozas formadas por la acción del agua sobre
las numerosas rocas de su cauce, con pequeños saltos de agua cristalina apropiadas
para aprovechar y darse un buen chapuzón.
Es muy hermosa, cómo salida de un cuento de hadas, muy lindos los paisajes y vaya que son muy buenas las capturas fotográficas
ResponderEliminarHola; bonitas fotos de la ruta. Podrías decirme si la ruta está señalizada, independientemente de que sea un poco complicada y que no esté cuidada.
ResponderEliminarGracias y un saludo. Nos vemos en el camino.
Hola Toni!
ResponderEliminaresta ruta que nosotros hicimos no está señalizada, pero sí hay una señalizada qu ecoincide con bastantes puntos de nuestro recorrido...
Podéis empezar en el mismo sitio que lo hicimos nosotros... Hay un panel indicativo. Buen camino!