Escuela de Senderismo

No hace mucho tiempo la madre de uno de mis alumnos, como sabía que a mí me gusta el senderismo, me vino a proponer la idea de realizar una convivencia que incluyera una caminata con todo el alumnado y las familias...

A mí me pareció muy buena idea por la convivencia en sí, que nunca está de más el conocer y hablar con la gente, que se muestra contenta con lo que una hace... Y por el hecho de ir fomentando en los niños el gusanillo del gusto por las caminatas...

Y dicho y hecho... Yo me preocupé de buscar una senda facilita de recorrer y las familias se encargaron de todo lo demás... Y decidimos encontrarnos el dia 5 de junio y aquí, en El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas os dejo la reseña de ese día tan maravilloso!!

La ruta escogida, ya que estamos en Pontevedra y muchas de las personas implicadas no la conocían, fue la llamada “Senda del Lérez”, de muy fácil recorrido y que camina paralela a nuestro bonito río Lérez, hasta Bora...

El lugar elegido de concentración fue la playa fluvial, magnífico escenario para la ocasión... Cuando llegué allí ya estaban la mayoría de los niños y niñas con sus familias... Casi no faltaba nadie...Aunque echamos de menos a la gente que no pudo asistir.
Aún así nos juntamos más de 60 personas, lo que llamaba la atención de los ciclistas y demás viandantes que por allí transitaban, hasta tal punto que llegaron a preguntarnos si íbamos a alguna romería...

El día amaneció muy bueno, pero la abundante vegetación de la zona nos protegía de los rayos del sol... La caminata resultó muy divertida y se realizó en un tiempo récord, ya que al ir de cabeza de pelotón los niños... Estos tiraban de los demás, que no querían quedarse atrás...

Después de tomar un pequeño respiro refrescándonos en las aguas del Lérez... (más de uno de los niños terminó empapado...) y como ya era hora de comer, nos dirigimos al Casino Mercantil, donde estaba previsto el almuerzo, por un “atajo” que más parecía una selva por la cantidad de maleza, retamas, tojos y helechos que encontramos a nuestro paso...
Para muchos fue la parte más divertida...

Ya por la tarde volvimos por la jungla de tojos, retamas, helechos y demás especies de nuestra flora, cruzamos al otro lado del río para ir a ver los molinos de Couso (en ruínas) y regresamos al punto de partida, es decir a la playa fluvial donde los niños y algunos mayores aprovecharon para darse un merecido chapuzón... Como brillante colofón al día magnífico que pasamos todos juntos...

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