Y este domingo no hemos ido demasiado lejos de
Pontevedra para caminar sobre la ruta que hoy os presentamos en El Blog Grupo
De Andainas Rías Baixas.

Comenzamos ascendiendo, y nada más iniciada la
ruta, nos vamos encontrando con diversos molinos, los de Laxe, que se
encuentran diseminados a lo largo del cauce del río Couso.
La verdad que, gracias a la lluvia caída en
los últimos meses sobre nuestra tierra, el regato bajaba impresionante con toda
la fuerza del agua deslizándose ladera abajo, llegando a su momento culminante
en la cascada de A Galomeira. El domingo, todavía más potente, por la gran cantidad
de agua que la formaba y que nos obsequiaba además con la música que a su paso hacía
sonar en el valle.
El ascenso es pronunciado pero se hace fácil
el caminar pues vamos sorteando los desniveles, caminando por la senda natural
propiamente dicha, o por pasarelas y escaleras de madera que nos llevan casi sin
darnos cuenta hasta la pista en donde enlazamos con el GR-58, el
Sendero das Greas.
Caminamos entonces torciendo a la derecha por una pista
forestal, de tierra o zahorra, que nos va llevando
sin sobresaltos hasta el afloramiento granítico conocido como “El Pianista” por
la forma que presenta su silueta vista desde lejos, que nos recuerda a un músico
con un gran piano, y que se asienta en el monte del alto de O Castelo de Cans.
Pero además hay quien dice que, en lo alto de estos penedos, en la época
medieval, se levantaba una fortaleza que vigilaba el paso por este valle desde
su privilegiada localización. Antiguamente se le conocía con el nombre de
Castillo de Miravel o Mirabel y hoy en día, el alto donde se ubicó la
fortaleza, se denomina "O Castelo de Cans".
Decidimos “explorar” la fortaleza y ya en el
alto dimos con la entrada que forma un pasadizo de roca por el que dicen se
accedía al patio de armas.
Abandonamos O Castelo y nos dirigimos hacia las
llamadas Penas de San Cibrán, un conjunto de rocas graníticas de gran tamaño y
no exentas de belleza.
Y a un tiro de piedra de allí, llegamos a otra impresionante
masa rocosa, El Faro de Budiño, que dada la espectacularidad de sus paredes
verticales es aprovechada desde hace años para practicar la escalada deportiva
y cuya pared norte se alza imponente sobre el Valle del Louro o de la Louriña.

Y ya después del lugar de A Fraga comienza de
nuevo la ascensión, disfrutando del paisaje y maravillándonos con las especies arbóreas y con la laguna
formada en el interior de una antigua mina de feldespato llamada la Mina de
Blas.
