Este último fin de semana del mes de marzo tocó cambiar la hora y dormir una hora menos…
Pero en el Blog Grupo De Andainas Rías Baixas no cambiamos nuestras costumbres y aquí estamos una vez más al pie del cañón en una más de nuestras caminatas.
Esta vez no nos alejamos mucho de Pontevedra capital pues nuestra andaina discurrió desde Marín hasta Bueu. Es una etapa costera en donde contamos siempre con la presencia del mar a nuestra vera.
Tuvimos nuestro punto de partida al pie mismo de La Escuel Naval Militar y enfilamos hacia la llamada “Ruta das Praias”, una ruta que está señalizada con rayas blancas y azules desde el paseo que comienza a la altura del antiguo Hospital Militar.


Y así, caminando sobre la arena de la playa, y después un pequeño tramo de asfalto, llegamos a la playa de Aguete, cuyo arenal también atravesamos.

Desde aquí, subimos una cuesta y a la mitad nos desviamos a la derecha, siguiendo las marcas blancas y azules y tras una bajada nos damos de bruces con la playa de Loira, una playa en forma de duna y circunvalada por un pequeño río, el Loira, que desemboca en el mar.
Cruzamos el puente sobre el río y llegamos a las instalaciones de una antigua salazón. Seguimos la marcha por detrás de ésta, y nos encontramos gratamente sorprendidos caminando por un sendero de tierra y de hierba que es una maravilla.
El paisaje que contemplamos es espectacular pues, la senda es un verdadero balcón abierto a la Ría, sin nada que nos impida la visión. Incluso parece que en cualquier momento podemos usarla de trampolín y caer directamente sobre las azules y tranquilas aguas que la Ría nos presentaba este domingo...
Podemos ver lejos, muy lejos el horizonte, y sobre la superficie totalmente plana del mar, las bateas, y a nuestra derecha bosques de pinos... Continuamos caminando y tras un ligero descenso llegamos a la playa de O Santo, frente a la isla del mismo nombre, en donde hacemos una ligera parada para tomar un refrigerio...
Continuando nuestra marcha, caminamos sobre las rocas y arribamos a la playa de Lapamán...
Una vez allí se nos planteó una pequeña duda de si salir a la carretera o continuar la aventura por las rocas... La respuesta fue unánime: Por las rocas...
Y allá que nos fuimos de escalada sorteando, subiendo y bajando las cumbres y picos que se nos ponían por delante, para llegar a la pequeña playa de Covelo.
Pero no terminó aquí nuestra ascensión pues aún tuvimos que superar un tramo de escaleras bastante empinado...

Continuamos hacia Agrelo, y después a Loureiro. Aquí volvimos a subir otro tramo de escaleras que nos conducen a la carretera general, que seguimos un corto trecho, hasta que bajamos a la playa de Pitís.
La recorrimos, y tras pasar las instalaciones del Club de Mar de Bueu, llegamos, por fin, acalorados pero contentos, a nuestra línea de meta que hoy se encontraba en el puerto de Bueu. Aquí, siempre me paro a contemplar el monumento pétreo, muy original, erigido a la memoria de Johan carballeira, me río con su caricatura y nunca dejo de leer sus palabras:
“E o día que o fondo de bondade do pobo quede ceibe, non haberá forza meirande que a súa...”
Y sus versos dedicados al mar:
"A praia
unha amante
escrava do mar:
bérralle,
zorrégalle
e vaina a bicar".