lunes, 24 de enero de 2022

Paseo Por Miranda Do Douro, Portugal

 Hace poco estuvimos por Miranda do Douro, ciudad portuguesa fronteriza con España y antiguamente fortificada. 

Su posición en la frontera hizo que destacase como centro defensivo por lo que Don Afonso Henriques, primer Rey de Portugal, ya en el S. XII, mandó construir un castillo y un recinto amurallado. 

Hoy apenas podemos ver restos del castillo ya que quedó prácticamente reducido a escombros durante el sitio protagonizado por las tropas francesas y españolas en el contexto de La Guerra de los Siete Años en 1762.

Aun así la consistencia de sus muros, el arco de sus puertas, la elegancia de sus torres y las altas almenas, nos dan idea de la grandiosidad de la construcción en la que también intervino la mano del mismísimo Rey Dinís.

Callejeando nos encontramos con La Iglesia da Santa Cruz, construida en el S. XVII, aunque profundamente reformada en el XVIII. Su fachada realizada en granito, es de estilo neoclásico barroquizado. La portada presenta un arco de medio punto rematado en su parte superior en un frontón triangular. 

Tiene una sola nave de planta rectangular y en el Altar Mayor no figura ninguna talla o escultura, sino un cuadro realizado en el S. XVIII por Damião Bustamante

Algo más adelante nos espera la antigua “Alfándega” del S. XVI con reformas posteriores. Fue Aduana, Puesto de Guarda y actualmente acoge La Casa da Cultura Mirandesa.

Muy cerca de la Primera Casa Da Cámara Municipal,  del S. XVII con una bonita arcada. Hoy en día alberga El Museo Da Terra de Miranda.

En frente nos topamos con la Actual Casa Consistorial, edificio de finales del S. XIX con planta longitudinal. La parte superior de la fachada luce cinco balcones de hierro forjado.

En medio de los dos edificios charla amenamente una pareja de lugareños ataviados con el traje típico de estas tierras que incluye la llamada “Capa de Honras”, verdadero icono de Miranda do Douro. Antiguamente usada por los pastores y también para protegerse contra el frío en el invierno, en la actualidad tiene uso ceremonial. 

A un paso se encuentra la Biblioteca Municipal del S. XVII. Antiguamente fue la Iglesia dos Frailes Trinos. En su fachada de granito se aprecian influencias manieristas, con espadaña. La portada muestra un arco de medio punto enmarcado entre columnas toscanas con capiteles dóricos y remata en un frontón con forma de concha.

Poco a poco nos fuimos acercando a la parte que sobrevive de La Muralla que dicen es Pre-románica. Nos imponen la sobriedad de sus sillares y la belleza de todo el conjunto. 

En un paraje acondicionado para el disfrute de los mirandeses y curiosos  como nosotros que hasta allí nos acercamos.

Desde allí contemplamos las elegantes ruinas del Palacio Episcopal. No dudamos en pasear entre los arcos de su claustro rodeados de una zona ajardinada ideal para dejarse llevar con tranquilidad y relajarse olvidándose del mundanal ruido.  

Al tiempo que nos vamos acercando a la impresionante figura de la Concatedral de Santa María La Mayor.  Monumento Nacional desde 1910, en su arquitectura se entrelazan elementos de estilo gótico, renacentista y manierista. 

Comenzó a construirse en el S. XVI  y durante mucho tiempo fue sede de la diócesis. Posee una fachada flanqueada por dos torres y tres naves abovedadas de estilo gótico separadas por pilares.

No dejamos atrás la Iglesia de la Misericordia, de portada sencilla y un interior con varios altares barrocos.

Antes de volver a encontrarnos con la muralla de Miranda do Douro, localidad célebre por su folclore colorido y animado que tiene hasta idioma propio: El Mirandés, una mezcla de portugués, español, francés,…  

Además, sus tierras son regadas por El Río Duero, y, estando allí, no desperdiciamos la ocasión de darnos un paseo en barco recorriendo sus espectaculares acantilados verticales conociendo un poquito más de su fauna y flora.  

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