viernes, 7 de mayo de 2021

Playa Fluvial De Tapia, Regato Andoriña Y Río Tambre

 ¿Y qué tal un bañito en La Playa Fluvial de Tapia

Si os apetece, bien lo podréis hacer en el comienzo de esta ruta, un lugar muy agradable y acogedor con Área Recreativa incluida y El Río Tambre fluyendo placenteramente.  

Conoceréis además El Molino Da Insua, que ya figuraba en El Catastro del Marqués de Ensenada de 1750. 

Con sus muros bañados por las aguas del Tambre nos acoge hospitalario dejándonos pasar a su interior decorado con sus 4 muelas. 

Desde ahí caminaremos al borde mismo del Tambre por una senda que serpea con su cauce y repleta de abundante vegetación.

Es una verdadera delicia caminar bajo la frondosa arboleda al tiempo que el río discurre cantarín a nuestra vera.

Al poco arribamos al enclave en donde se encuentra La Ermita de Nosa Señora da Madalena del S. XVIII acompañada por un cruceiro y la milagrosa Fuente Santa

Sigue el caminante ascendiendo paulatinamente y lo hace inicialmente bajo la sombra de frondosos árboles. 

De repente la senda se estrecha y unas cuerdas aparecen para protección del que por allí pasa.

Se oye murmullo de agua: es El Regato Andoriña deslizándose vertiginosamente hacia el Tambre, del que es afluente. En sus orillas viejos molinos contemplan pequeñas cascadas aquí y allá. 

Uno de ellos, sin tejado, puerta desvencijada y cubiertos sus muros por verdes enredaderas, nos recibe contento de que alguien pase a visitarlo allí en medio de un paraje encantado.

Al igual que lo hacen los otros 4 que nos salen al paso a medida que avanzamos, algunos casi mimetizados con la maleza. 

Adornan el paraje sonoros riachuelos, pontones de piedra, rústicas pasarelas de troncos, bancos que invitan al descanso, helechos gigantes, …

Pasamos las murallas defensivas del Castro de Piñeiro y entre flores silvestres y hórreos vamos avistando El Priorato y La Iglesia de San Mamede a los que nos acercamos. 

La Iglesia se cree que anteriormente fue convento benedictino remontándose sus orígenes al S. XI. No os perdáis El Hórreo de grandes dimensiones y los cruceiros que la acompañan.

Seguidamente nos internamos en La Devesa de Sequeiros con abundancia de robles, castaños y laureles. 

 No dejamos atrás la pequeña Cascada de Canal Carreiro.

Y ya vamos regresando al punto de partida deleitándonos con la tranquilidad del ambiente perfumado y animado por la variedad floral de la zona. 

 Y echando una ojeada a las aguas del Tambre desde la altura del Puente de Portochán

Que junto con lo ya descrito y algo más que se queda en el tintero hacen de ésta una ruta preciosa con gran valor etnográfico y paisajístico.

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