jueves, 13 de mayo de 2021

Por Los Miradores De Sanxenxo

 En esta ocasión nuestros pasos nos llevaron por una ruta costera.

En una caminata que comenzamos al pie del Templo Nuevo de Sanxenxo construido en la 2ª  mitad del S. XX.  Presenta planta hexagonal y está cubierto por un tejado en forma de pirámide escalonada. A su lado uno de los varios cruceiros de la villa.

De allí nos dirigimos ya al Parque da Panadeira desde donde tenemos un primer contacto con el mar y El Puerto Deportivo de Sanxenxo

La Playa da Panadeira siente nuestras pisadas y una pasarela de madera es testigo de nuestro caminar. 

Que nos conduce a La Iglesia de San Xinés. De estilo marinero, en ella destaca su esbelta torre de Estilo Barroco, un rosetón, una cruz labrada, y La Virgen del Carmen de su fachada. 

Ya en La Plaza do Mar nos recibe El Atlante de Francisco Leiro que, partiendo de la idea de la inmensidad del Océano Atlántico, en su taller de Cambados creó este gigante que representa un dios griego que moraba en las profundidades marinas.

Realizado en bronce para soportar mejor la salinidad cercana se nos muestra tumbado de espaldas con las manos en la cabeza contemplando tranquilamente el sol y las estrellas.

Se puede pasear entre la superficie de su gran cuerpo, y algunas de sus piezas ofrecen la posibilidad de ser usadas como cómodos bancos, atalayas o incluso pasadizos.

Continuamos por El Paseo Marítimo desde donde podemos ya avistar la gran protagonista de Sanxenxo: La Madama de Silgar.

Donada en 1995 por el escultor Alfonso Vilar, se inspira en la mitología celta y simboliza la belleza del mar. Allí se mantiene en La Piedra del Corbeiro, sobre su tabla de surf portando en sus manos una caracola. 

También la podemos contemplar a través del Círculo de Los Deseos, peculiar obra de Francés, que simboliza la unión entre Sanxenxo y Japón

Se oye el rumor de las olas… ¡Claro! Estamos ante La Playa de Silgar, ahora, todavía vacía de gente pero llena de belleza. 

 No dudamos en seguir el paseo disfrutando de las vistas, sonidos y olores.

Llegamos así al Parque de Punta Vicaño. Allí seguimos teniendo el mar y Sanxenxo en el punto de mira.

Además el paraje cuenta con arbolado, parque infantil, estanques, zona deportiva adornado todo ello con fuentes de cantarina agua. 

Es primavera y la flora del lugar está en su esplendor.

Una pasarela de madera nos invita a un baño en La Playa de Baltar, Portonovo

Declinamos la invitación pero no nos resistimos a pisar la arena. 

Pasado Portonovo arribamos al Mirador da Peixeira. Ella, a pesar de ir cargada con su preciada mercancía, todavía tuvo tiempo para charlar con nosotros.

Así supimos de La Covasa, un estrecho de agua que discurre entre dos rocas en La Playa de Caneliñas, y que se usaba para poner a flote barcos de gran envergadura, ya que se vacía con la marea baja.

Enseguida nos vemos en Punta Seame un balcón abierto al océano. 

Desde allí Las Islas Cíes están a tiro de piedra, así como Las Islas Ons que se balancean en la inmensidad salada y azul.

La paleta de colores de la zona se amplía con los tonos de las flores que por allí crecen. 

El vaivén de las olas sobre el arenal blanco y amplio de La Playa de Canelas saluda sonoramente al caminante. 

 Mientras éste se desliza por el estrecho sendero que serpea por el acantilado cercano. 

En donde el mar bate con fuerza.

Y como quien no quiere la cosa ya estamos en Punta Cabicastro protegida por patrimonio, ya que se cree que en ella, en la antigüedad, existía una fortificación castrexa. 

Aquí el celeste del cielo se funde con el azul más intenso del mar, con algún barquito, Las Cíes y Las Ons como testigos del encuentro.

Continúa el senderista su periplo y en lontananza va avistando uno de sus objetivos. 

Se trata de un Monolito de unos tres metros de alto que se eleva en un enclave en donde la naturaleza es generosa y a la belleza formada por el agua y las rocas se une el variado colorido de la flora.

Al igual que en la cercana Punta Sefexeiras.

Desde donde regresamos al punto de inicio con el alma llena después de haber disfrutado del mar, los espectaculares acantilados y la armonía del ambiente.

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