domingo, 31 de enero de 2021

Paseo Por Palencia, Castilla León

 Hoy os invitamos a dar un paseo por la ciudad de Palencia, en Castilla León

 La encontramos en la llanura de Tierra de Campos bañada por El Río Carrión que cruzamos por el solemne y esbelto Puente de Hierro de principios del S. XX. Se trata del más moderno de Palencia y vino a sustituir un antiguo puente de madera.

Muy cerca La Rotonda de La Vocera con una escultura de 2016 que conmemora el 135 aniversario del Diario Palentino. Diseñada por Segundo Escolar representa a una vocera en la forma tradicional de repartir periódicos hace algunos años. 

A un pasito encontramos El Parque del Salón de Isabel II con El Monumento a Juan Ponce de León, en piedra blanca, y en donde los palentinos pasean y charlan tranquilamente. Como así lo hacen también los personajes del Monumento a Los Mayores

Y ya nos dirigimos a La Calle Mayor, posiblemente la más emblemática de Palencia. Nos gustan sus edificios asoportalados que nos libran de las inclemencias del tiempo y los rigores del invierno que nos hacen ir tapados de pies a cabeza. 

Son famosas sus originales columnas prismáticas que sostienen miradores y balcones de algunas de las más bonitas casas de la capital palentina.  

Algunas de ellas tienen nombre propio, y muchas fueron diseñadas por El Arquitecto palentino Jerónimo Arroyo. Como El Colegio de Villandrando, interesante ejemplo de modernismo floral, con elementos neogóticos, neorrománicos y con una reinterpretación del gótico veneciano en la fachada principal.

También La Casa de Flora Germán, donde destaca su chaflán hexagonal, con miradores superpuestos en todos los pisos y, rematando el conjunto, una pequeña cúpula de media naranja sostenida por finas columnas. 

O el edificio que alberga El Consejo de Cuentas de Castilla León con sus dos torres de vidrieras coloridas frente al cual encontramos al arquitecto tomando notas.  

No pasamos por alto La Casa Junco llamada también Palacio Barroco por haber sido construido en el S. XVIII. Con decoración heráldica y fachada realizada en ladrillo, con almohadillado de piedra en portada y refuerzo de esquinas, se configura como un ejemplar único, en el que confluyen el gusto italiano y la tradición castellana. 

La calle se ve animada por los clientes de los comercios que en ella se asientan y por los personajes de estatuas como El Monumento a la Mujer Palentina, de Indalecio López. Esculpida en piedra negra, su modernidad contrasta vivamente con el entorno.

La Niña Saltando a la Comba del Monumento a La Infancia o La Castañera que nos ofrece su producto calentito para temperar nuestro cuerpo. 

También nos llamaron la atención varias pilastras de piedra esparcidas por la calle, de dos en dos y con el escudo de Palencia que inicialmente servían para delimitar zonas peatonales de la calle y que hoy son meros elementos decorativos.

Abandonamos momentáneamente La Calle Mayor para visitar El Convento de Santa Clara popularmente conocido como El Convento de las Claras. Construido en Estilo Gótico en los S. XIV y XV es el único en todo Palencia que tiene planta de cruz griega. 

En su interior se venera una imagen de Cristo Yacente hallada en el mar, El Cristo de la Buena Muerte, que en el S. XVII libró a la ciudad de una plaga de langostas. Es articulado, posee pelo y uñas naturales y por su tremendo realismo alimenta la leyenda de un cuerpo momificado en su interior.

A un tiro de piedra San Lázaro acompañado de su perro pide limosna al pie de La Iglesia de su nombre. 

Un templo cuyo origen, según la leyenda, estuvo en un lazareto fundado por El Cid y reconstruido por Don Sancho de Castilla en estilo gótico austero y sin ornamentación como podemos ver en la fachada y en la torre.

Muy cerca, una estatua de Óscar Aragón homenajea a San Juan de Dios en una rotonda incluyendo una reproducción del arco de la puerta de entrada del primer hospital. 

Callejeando nos encontramos con El Palacio de la Diputación de Palencia, importante edificio modernista con elementos neoclásicos y neorrenacentistas y con influencias neobarrocas. 

Construido en piedra de Hontoria, ladrillo, hierro y cristal es la obra maestra de Jerónimo Arroyo y arquetipo de las construcciones modernistas de la Palencia de inicios del S. XX

Llegamos ya a La Plaza Mayor creada en el S. XVII también con soportales en sus edificios. En ella destaca La Casa Consistorial, uno de los más bellos monumentos neoclásicos de Palencia.

En la plaza sobresale El Monumento a Alonso Berruguete, de Victorio Macho. Con su tamaño y el contraste de blanco en la piedra y negro en la estatua a Berruguete domina toda la plaza y atrae la atención del visitante. 

Nos encaminamos ahora hacia el enclave en donde se encuentra La Aguadora, estatua de bronce de Victorio Macho que representa a una altiva campesina con un cántaro y pose majestuosa. La encontramos delante de La Ermita de Nuestra Señora de La Soledad.

Adosada al Convento de San Francisco fundado en el S. XIII y único resto existente de un convento que fue sede de Las Cortes de Castilla y también residencia real. Muy bonita su austera fachada en la que destaca una doble espadaña con campaniles.

Le toca el turno ahora a La Catedral de San Antolín, La Bella Desconocida, una maravilla gótica.  

La Puerta del Obispo o de Santa María es la más decorada, con un arco de medio punto con cinco arquivoltas en forma de arco apuntado, adornadas con motivos vegetales que se apoyan en columnas, coronadas por apóstoles; en el centro de la portada encontramos una imagen de la Virgen María rodeada por dos vidrieras en forma de flor. 

 No dudéis en alzar la vista hacia lo alto, allí, entre los pináculos destacan las clásicas gárgolas del Gótico. Entre ellas encontraréis alguna más moderna como la que tiene forma de fótógrafo añadida por Jerónimo Arroyo y que da un toque de actualidad a la catedral.

El estilo Gótico florido se repite en el interior del templo con variantes flamígeras, así como decoraciones renacentistas, platerescas y barrocas, estas últimas patentes en la gran cantidad de retablos, cuadros y tallas que encierran sus muros. 

No olvidéis visitar el claustro en donde el azul del cielo se une a la visita.

Echadle un ojo también al Museo Catedralicio en donde se guardan verdaderas joyas de todas las épocas y estilos. Entre ellas destaca El Cuadro del Martirio de San Sebastián, de El Greco realizado al poco de su llegada a España.  

 Y por supuesto no podéis perderos la visita a La Cripta de San Antolín. Se encuentra en un nivel inferior en la nave central y representa la época visigoda y protorrománica.

 Se cree que fue mandada construir por Wamba para albergar las reliquias de San Antolín, patrón de la ciudad, en el S. VII. Presenta arcos de herradura y sillares horizontales de gran tamaño y poco pulidos sin ningún tipo de abovedamiento. 

 De nuevo en el exterior con la compañía del maestro y su atenta alumna, disfrutamos de La Plaza de La Inmaculada con una última mirada a la esbelta catedral.

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