lunes, 28 de mayo de 2018

Por Silleda: Escuadro, Penadauga Y Fervenza Da Férveda

En esta caminata, los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas nos vimos envueltos en este hermoso espectáculo de agua y sonido.
Transcurre por tierras de Silleda dando el pistoletazo de salida en Penadauga, en donde nos llama la atención una roca, la “ Pena da auga”. 
En la parte superior, a la que se puede acceder, se acumula el agua y mucha gente considera que tiene poderes curativos, por eso acuden allí en romería y dejan sus ofrendas.
Deja el caminante este lugar mágico  y lleva sus pasos inicialmente a través de carballeiras y caminos entre fincas que desembocan en Escuadro en donde admiramos La Iglesia de San Salvador.
Datada en la segunda mitad del S. XI conserva unos genuinos rasgos románicos que la hacen única.
Continuamos nuestro periplo y tomamos un primer contacto con El Río Escuadro, besando el emplazamiento del Molino de Varela acompañado de un lavadero comunitario.
Ahora el senderista camina a través de paisaje típico del rural gallego con terrenos dedicados a pasto y forraje para el ganado.
No muy lejos divisamos la silenciosa figura del Molino Das Carballeiras
Las calmas aguas del río, el musgo de sus piedras y las serpeantes hiedras contribuyen a la belleza del lugar.
El sendero nos lleva por parajes sombreados con abundancia de vegetación.
El Río Férveda, como se llama también al Escuadro, es nuestro convidado de caminata.
Nuestro ánimo se exalta cuando llegamos a la encrucijada en donde nos desviaremos hacia uno de nuestros objetivos.
Una vez llegados, el caminante tiene la sensación de haber retrocedido en el tiempo. Este Molino de Herdeiros tiene parte de la culpa.
Para llegar hasta él lo hacemos pisando las tablas de este puente que parece sacado de las películas de Indiana Jones.
Desde él el río se nos muestra a nuestros pies.
El molino nos recibe calmado y silencioso, con el sólo sonido del agua deslizándose a su lado.
 La muela ya no muele y las hierbas, hiedras y helechos engalanan sus paredes y tejado.
Hay que cruzar el regato y qué mejor forma de hacerlo que por los pasos de piedra, como antaño.
El encanto se adueña del paisaje, reforzado por la presencia de esta misteriosa cabaña. 
El Escuadro, afluente del Río Toxa, se va dejando caer suavemente a través de la fraga en la que nos encontramos.
Y el senderista se deja llevar por el duende del lugar, como en un cuento.
Hasta esta espectacular manifestación de la naturaleza.
El Escuadro, o Río Férveda, precipitándose desde las alturas en un estruendo líquido lleno de luz y sonoridad. 
Superemocionante poder acercarse a La Cascada Da Férveda.
Sentir su fuerza y captar el momento.  
Después de varios instantes retomamos la marcha ahora por un sendero con amplitud de miras en donde las flores silvestres ponen su toque de color.
La caminata en general cuenta con ejemplares de árboles propios de ribera pero también nos ofrece la visión de castaños, robles, acebo, laureles,… 
Sobre todo en el último tramo de la ruta por pequeñas corredoiras en donde la magia, la belleza y la tranquilidad van de la mano.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Por Crecente: Río Ribadil, Puente Noceifas Y Pozo Do Inferno

El Río Ribadil es un afluente del Río Miño que a lo largo de su cauce nos ofrece maravillas como esta cascada y Pozo do Inferno.
Los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas tomamos un primer contacto con él en La Playa Fluvial de Mandelos en Crecente.
Ya desde el principio nos enamora.
El sendero sobre el que caminamos está habitado por numerosos molinos que nos salen al paso en diferentes estados de conservación.
En esta primera parte la presencia y el sonido del agua son nuestros inseparables compañeros. 
La ruta está cuidada y en ella abunda la vegetación propia de ribera. Nos llamaron la atención ejemplares de helechos gigantes y elegantes.
A lo largo de la senda son numerosos los rápidos y saltos de agua que inundan todo con su alegría y líquida sonoridad.
El cauce del río sube y baja y para facilitar el caminar se han acondicionado pasarelas y escaleras de madera.
Aunque nunca dejamos de estar cerca del río, sus rápidos y sus cascadas.
La belleza a nuestro alrededor es palpable…
Contribuyen a ello el musgo en las paredes de los molinos y las hiedras en los árboles.
No dejéis de visitar El Puente de O Couto o Puente de Noceifas.
Hay quien lo cataloga como romano pero eso no etá demostrado. Consta de un solo arco y es ligeramente apuntado.
Es aquí en donde cambiamos de orilla del río procediendo ahora a su descenso. Y lo hacemos inicialmente por una levada.
Para continuar cercados de belleza con el río en su máximo esplendor.
La verdad es que la senda en esta orilla es más salvaje y silvestre que en la de inicio.
El ánimo del caminante nunca decae. A la belleza del lugar se une la mano del hombre facilitando el paso con rústicas escaleras.
Abandonamos el río pero no dejamos atrás las maravillas. Atravesamos bosques poblados de pinos y robles.
 Viejas ruinas nos muestran lo que pudo ser el esplendor de antaño.
Casi sin percatarnos nos hemos acercado a lugares más concurridos con área de esparcimiento con mesas y fuente para todo el que por allí llega.
Se encuentra en plena encrucijada del Camino Real.
En este lugar, en La Ermita Del Cristo Dos Aflixidos, a principios de julio se celebra una gran romería.
Allí se localizan dos cruceiros. No paséis por alto el que se encuentra plantado en medio de una gran roca.
Continúa el viajero su periplo y lo hace por sendas en donde las hiedras serpean por los troncos de los árboles.
Y también por suelo más humanizado con casas de piedra y magníficos ejemplares de hórreos.
El musgo se apodera de las piedras del camino.
Y cuando nos damos cuenta nos hallamos a los pies de La Iglesia de San Pedro en Crecente.
Continúa el senderista entre bosques y fragas. Las ruinas de una aldea se destacan en el camino.
Pero todas las fuerzas se confabulan para llevarnos ante esta manifestación de La Madre Natruraleza.
Nos encontramos de nuevo con el río Ribadil. Ahora en su expresión más ruidosa.
Una cascada.Y también El Llamado Pozo do Inferno. ¡La verdadera guinda de la jornada!
Una auténtica gozada con el estruendo del río y el molino que lo acompaña.
Pozo, cascada… A los que podréis acceder fácilmente gracias a la plataforma, pasarela y escaleras acondicionadas últimamente para un pleno disfrute.
 ¿Verdad que es maravilloso?