lunes, 25 de abril de 2016

Senda Da Ponte Do Ramo Y Petroglifos De Cequeril, Cuntis

Y hoy le toca el turno de ser protagonista en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas a la “Senda Peonil da Ponte do Ramo” en Cuntis.
Nosotros comenzamos en el mismo Ponte do Ramo, en donde antiguamente se cumplía con el rito del Bautismo Prenatal. Allí mismo las aguas del Río Umia se nos muestran plenas de vigor y belleza.
Y por un estrecho sendero continuaremos admirando el espectáculo de su discurrir. A veces sereno y calmo.
Otras jugando revoltoso con las piedras de su lecho.
Llenando de momentos mágicos su serpenteante deslizar.
Y siempre formando escenas que se fijarán para siempre en la retina de los caminantes.
Pero el paisaje no es sólo el río, sino que también ayudan a la espectacularidad del entorno variedad de especies arbóreas propias de nuestra Galicia.
También las hojas que permanecen todavía alfombrando el suelo acompañan los pasos del senderista.
Asimismo pétreas figuras de molinos, esparcidas aquí y allá, afianzan la magia del entorno.
Pequeños escalones y pasarelas de madera facilitan el caminar en algunos tramos de la senda.
Y es una auténtica gozada caminar rodeados de agua y poder tocarla cuando quieras.
Y los pequeños pontones de piedra siempre ponen una nota de encanto que nos devuelve a épocas pasadas.
Al igual que los caminos de piedra en donde todavía está patente la huella dejada por los carros cargados que por aquí pasaban en su diario faenar.
Y todavía saldrán a nuestro encuentro más vestigios del pasado. No podéis perderos los diversos petroglifos de esta zona. Presentan un amplia variedad. Los circulares y laberínticos de Outeiro de Campiños.
Los enigmáticos de A Laxe dos Gatos
 Y las misteriosas figuras antropomórficas de A Laxe dos Homes.
También nos acercamos hasta La Iglesia de Cequeril y su entorno en donde también se encuentran 2 cruceiros y la antigua casa rectoral. 
Y desde allí retornamos hasta el punto de inicio llevando con nosotros las imágenes de todas las maravillas que la senda nos ofrece y que están allí esperándoos.
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lunes, 18 de abril de 2016

Cascada Das Lajes Altas Y Penedo Do Macaco, Paredes de Coura, Portugal

Una vez más la piedra, la tierra y el agua son protagonistas de la caminata dominical en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
La piedra en las múltiples formaciones rocosas con distintas formas que nos van saliendo al encuentro a medida que caminamos.
También a pares.
O en solitario como ésta. ¿A qué se os asemeja? 
Por cierto que casi todas están en un lugar conocido como Penedo do Macaco. Desde allí podréis contemplar toda una panorámica fantástica de la zona.
Piedra también en el suelo que pisamos en determinados lugares, con las huellas del paso de los carros para su diario faenar marcadas con el hierro de la constancia.
Piedra en los cierres de las fincas, con la belleza añadida de la verdosa y musgosa pátina del tiempo.
Piedra en las silenciosas ruinas de los molinos, otrora activos y lustrosos, ahora silenciosos y adornados sus muros con las guirnaldas de verdes enredaderas.
Piedra señalándonos el camino por donde transitar, a veces engalanado con altivos emparrados.
Agua en la presencia constante de pequeños regatos que aparecen por doquier y que con su sonoro transcurrir nos van animando el paseo.
Agua en los pozos que sabiamente aprovecha la gente del campo para la riega y cuya superficie, auténtico espejo, refleja la imagen de sus arbóreos centinelas. 
Agua y piedra combinadas ya sea por la mano del hombre en prácticas levadas.
Piedra y agua actuando conjuntamente en antiguos aserraderos.
 Piedra y agua dejando constancia de su trabajo en los molinos.
Agua desbocada deslizándose pendiente abajo por el lecho rocoso del río.
Y la culminación de este trabajo cooperativo lo encontramos en el punto en donde se forma la llamada Cascada Das Lajes Altas.
Allí El Regato Das Poldras nos deja una imagen fantástica.
La verdad es que es todo un espectáculo poder acompañarlo durante un rato en su deslizar montaña abajo. Es una sensación que no se puede describir con palabras, ni plasmar en una foto, hay que estar allí para poder ver la blancura y bravura de sus aguas, el estruendo sonoro  de su recorrido…
Empaparte con sólo estar a su lado… ¡Hay que estar allí y vivirlo!
Tierra, piedra y agua en los estrechos senderos y caminos por los que dejamos que nuestros pies nos lleven…
En fin… La Madre Naturaleza en todo su esplendor. Y todo esto en Roriz, Paredes de Coura, Portugal.

lunes, 11 de abril de 2016

Por Las Márgenes Del Río Lérez, Pontevedra

Pontevedra es la ciudad del Lérez, río de la vertiente atlántica, que nace en la Sierra do Candán.
Y es este río, a su paso por la Pontus Veteris romana, el protagonista de la caminata que os dejamos hoy en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
Comenzamos a caminar en las inmediaciones de la inhiesta figura del Puente de Los Tirantes.
Y enseguida nos hallamos inmersos en La Isla de las Esculturas.
Llaman la atención los numerosos puentecillos de madera que facilitan el paso de una a otra orilla del cauce de agua que la atraviesa.
¡Qué bien sienta un descansito después de un largo vuelo!
Ondas de calma, fortaleza y sosiego nos llegan a través de los puentes del ferrocarril.
En la lontananza, la siempre elegante figura del Monasterio de San Benito, que avistaremos desde distintos lugares de nuestro recorrido. A veces semitapado.
Y en algún momento luciendo lleno de esplendor.
Nuestros pasos nos llevan, inicialmente, por el margen derecho del río, el cual todavía no habíamos explorado.
Así pudimos llegar tranquilamente hasta la base misma de su famosa cascada.
Y la verdad es que no nos sentimos defraudados ni un solo segundo.
¡Fijaos que bien luce El Balneario desde este lado!
¡Y qué azules bajaban las aguas de nuestro río!
¡Y no os perdáis esta fantástica escena de las aguas encabritadas marchando a encontrarse con El Atlántico!
¡Era superemocionante estar allí en contacto con el rugir de las aguas, su chocar contra las rocas del lecho y el verde reciente de los brotes nuevos en los árboles!
El caminar es fácil y nuestros pies se deslizan suavemente bajo los robles que se van revistiendo sin prisas y con la tranquilidad aprendida de siglos.
Del pasado activo del río nos hablan estas apacibles ruinas que contrastan con la furia del río en ese paraje.
Al que accedemos a través de este curvilíneo puente de madera.
Y llega el momento de pasarnos a la otra orilla, vieja conocida de los senderistas, y lo hacemos por la estrecha estructura de esta pasarela metálica.
El Lérez aquí es todo mansedumbre, quietud y colorido.
Contrastando con la visión que habíamos dejado atrás, alocadas las aguas de su cauce junto a los viejos molinos.
Y con la que encontramos algo más adelante cerca de la represa. ¡Realmente espectacular!
Nos paramos un momentito recordando lejanos tiempos de esplendor en el balneario.
Nos refrescamos en la cercana y musgosa fuente.
Admiramos la estilizada cola de caballo de la cascada cuyas aguas habíamos tocado minutos antes.
Nos deslizamos a través de la muda pasarela de madera.
Que nos conduce hasta la solitaria Playa Fluvial del Lérez.
Y, a través del bonito paseo, caminamos cerquita, cerquita del agua.
Hasta la majestuosa pasarela peatonal que une las dos orillas del Lérez.
Y allí lo dejamos, entre el azul del cielo y el de sus aguas, eternamente dando de beber a quien pasa…