lunes, 26 de octubre de 2015

Por Oia: Ruta Mágica Y Monasterio De Santa María

En Oia, entre Baiona y A Guarda se erigió allá por el S. XII un gran monasterio, en una situación estratégica, besando las aguas del Atlántico
Su imponente figura, y su sempiterno compañero, el océano, son dos de los atractivos de la ruta que hoy os dejamos en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas
Comenzamos la caminata en Viladesuso, iniciando una ligera subida que nos llevaría, en un principio, hasta La Iglesia de San Miguel, en donde nos llamó la atención un antiguo reloj de sol.
Continuamos la caminata y desde uno y otro rincón nos maravillaremos con las impresionantes vistas que el paisaje nos ofrece.
Buena parte del trayecto que realizamos se encuentra dentro de una ruta conocida como “Ruta Mágica de Oia” que nos da a conocer el rico patrimonio de este lugar sobre todo en materia de lo que a petroglifos se refiere.
Algunos de los nombres de los lugares en donde se pueden localizar son: A Pousadela, Outeiros do Morouzo, A Pedreira y otros.
En Agua dos Cevros, además de petroglifos, encontramos serenas pozas que, en días calurosos, ayudarán a refrescar a los acalorados senderistas. 
Todos ellos se encuentran en lugares privilegiados desde donde podréis contemplar la inmensidad del océano y mucho más. 
Porque lo que más destaca en esta senda es la amplia visión que tenemos de la costa gallega en este bonito rincón de nuestra geografía, que nosotros pudimos disfrutar a pesar de nuestra molesta compañera, la lluvia.
También obtendréis distintas perspectivas de la figura del monasterio que no os cansaréis de fotografiar.
Y si tenéis suerte, podréis avistar las salvajes siluetas de los caballos en libertad.
Callejearéis por Oia, entre sus callejuelas y sus casas de piedra que parece te invitan a entrar.
Os acercaréis a conocer más de cerca El Monasterio de Santa María.
 A su vera veréis discurrir las dulces aguas del Regato da Lavandeira antes de unirse al salado mar. 
En las minifundistas fincas costeras, cercadas por minúsculas piedras, las vacas pacen despreocupadas, ajenas al paso del caminante y de la tormenta.
En el tramo final, coincidimos con El Camino Portugués a Santiago por La Costa, y continuamos admirando la fuerza del mar que ruge incesante a nuestra vera.
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lunes, 19 de octubre de 2015

Por Goián: Río Miño, Fuerte De San Lorenzo Y Entorno

Estamos en otoño y los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas lo disfrutamos plenamente.
Y esta vez son testigo de ello las tierras gallegas regadas por El Río Miño en Goián, Tomiño, muy cerca del Puente Internacional "Da Amizade" que nos une con Vilanova de Cerveira en Portugal.
Comenzamos en el embarcadero de Goián y, desde el principio, mantenemos vivo contacto con la aguas del Miño en donde las barcas descansan tranquilamente sin que nadie venga a perturbar su tranquilo sueño. Sólo una garza solitaria se atreve a ello.
Es muy temprano, está amaneciendo, y, en la orilla opuesta, la mañana se va desperezando lentamente, asomando su pálido azul sobre las lejanas colinas portuguesas.
En la primera parte de la ruta el caminante se va dejando llevar por una senda muy fácil, sin complicaciones, bien delimitada con suelo de zahorra y, a veces, alguna pasarela de madera que nos lleva a través de variopinta arboleda, y nos deja ver campos de cultivo con los frutos todavía sin recoger.
Nos maravilla la calma, el sosiego y quietud que encontramos en La Playa de Eiras
También los altos y estilizados árboles que proporcionan fresca sombra al que por allí se acerca. 
Y los otoñales viñedos despojados ahora de sus jugosos racimos. 
También apreciamos positivamente la presencia de incontables alcornoques.
Ya en la segunda parte, la ruta cambia un poco, y nos vamos encontrando elementos de la arquitectura popular como escudos señoriales, varios cruceiros,
Petos o almiñas 
Y el parque y La Capilla de San Roque.
En esta zona no podían faltar los invernaderos o viveros de plantas. 
Pero sí fue toda una sorpresa encontrarnos un rincón como éste:
Y el pequeño y fresco bosque que lo rodea. 
La ruta nos lleva también por debajo del puente internacional "Da Amizade", lo que nos permite admirar sus magníficos pilares y retomar el contacto con el Miño al que podemos acercarnos sin problema alguno.
Y, a través de una pasarela de madera, con bancos que invitan al descanso del senderista, nos vamos acercando hasta el punto final de la caminata. 
Pero, antes de terminar, le ponemos el broche de oro a la ruta con una visita al Fuerte de San Lorenzo que allí se encuentra. 
Entramos en su interior, y a pesar de la decrepitud y la soledad que ahora lo habitan, nos damos idea de la potente fortaleza que en su día se levantó entre estos muros y cuyo origen hay que buscarlo en el enfrentamiento entre españoles y portugueses en La Guerra de La Restauración.
No dudamos en subir a sus murallas desde donde teníamos una más amplia visión de las tierras de nuestros vecinos portugueses. 
Y, allá, en la cima más alta de los montes de la orilla opuesta, el emblemático ciervo de Vilanova de Cerveira nos vigilaba altivo desde su imponente atalaya. 
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lunes, 12 de octubre de 2015

Por Mondariz: Ríos Tea Y Aboal


El Río Aboal es uno de los afluentes del Río Tea al que proporciona sus aguas muy cerca de los concellos de Mondariz y de Mondariz Balneario
Y estos dos ríos son los protagonistas de la ruta que hoy os presentamos en El Blog Grupo de Andainas Rías Baixas
Comenzamos en Mondariz al pie del Puente Do Val.
Muy cerca, La Playa Fluvial y Área Recreativa De Riofrío en, donde las aguas del Tea sortean furiosas los diques que quieren frenar su ligero discurrir. 
Abandonamos las orillas del Tea y nos dirigimos al encuentro del Aboal cuyas márgenes han sido acondicionadas recientemente y nos ofrecen un entorno muy cuidado en donde la tranquilidad y el sosiego acompañan al caminante. 
También podemos atisbar momentos del pasado que salen al paso del senderista como La Pontella de A Costa, usada desde siempre para cruzar el río sin mojarse los pies. 
No podían faltar los molinos cuyas figuras van surgiendo en una y otra orilla. 
O impasibles, allí en medio de los maizales, todavía con la espiga sin recoger y sin grano que moler.
Y algunos sintiendo la acción del paso del tiempo sobre ellos, que los va cubriendo con la verde pátina del abandono, del musgo y de las hiedras. 
Había llovido y la naturaleza se nos mostraba con la cara lavada y reluciente. Las hojas de los árboles propios de ribera, alisos, abedules, fresnos,… se mecían suavemente al compás de la música que el regato les ofrecía. 
El caminante se deja llevar por la senda sinuosa respirando belleza por todos los poros y empapándose del encanto que allí se refleja. 
Especialmente emotivo es el momento en que nos adentramos en un umbrío paraje caminando sobre una levada. 
Y, allí escondida, testimonio de una época pasada y vivida muy cerca del río, la solitaria, ruinosa y musgosa figura de un silencioso molino.
Estamos en otoño y en esta ruta encontramos diferentes frutos de esta temporada, uvas, nueces, castañas, manzanas, setas... Así que id preparados para recoger los que más os gusten.

Volvimos a tomar contacto con el río Tea justo en el lugar en que las aguas de los dos ríos se juntan. Este paso de madera es mudo testigo del encuentro. 
Algo más adelante una pasarela metálica nos facilita el cambio de orilla.
Y es a través de esta majestuosa pontella que decidimos cerrar el círculo de nuestro caminar.
Y vosotros, no lo dudéis, con unas botas y un bastón, acercaros hasta allí, id al encuentro de la magia. ¡Os está esperando!