lunes, 1 de diciembre de 2014

Molinos De Los Ríos Folón, Picón Y Da Cal Y Sierra Da Groba

La senda que realizaron esta semana los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas tiene como protagonistas las tierras de O Rosal y Sierra da Groba.

En la primera parte nuestro caminar discurre a  través de la senda que nos lleva a admirar, una vez más, Los Molinos del Río Folón. Como sabéis, estos son una serie de 36 molinos dispuestos en cascada que se encuentran en un paraje realmente idílico.
Ya desde el comienzo de la caminata nos vemos sorprendidos por la belleza del lugar.
Algunos molinos están rehabilitados exteriormente y, aunque casi ninguno de ellos puede hacer la función para la cual se construyeron primitivamente, nos dan una gran idea de lo que pudo haber sido la actividad de la molienda no hace muchos años atrás.
En cualquier época del año podemos disfrutar recorriendo esta pendiente en donde se encuentran los molinos, pero especialmente en estos momentos, después de las lluvias, es cuando las diversas cascadas que allí se encuentran nos muestran su más alto grado de belleza.
Hay tantas maravillas por ver que no nos apercibimos del paso del tiempo y momentos hay en que no sabemos hacia qué punto mirar, si hacia arriba en donde la batería de molinos, encaramados en la roca, parece no tener fin, hacia atrás con las distintas pasarelas de madera, puentes y escaleras de piedra…
Hacia los lados con los saltos de agua…
O hacia el horizonte en donde podemos ver, en días claros, el discurrir de las aguas del Miño, tierras de Portugal y diversos picos montañosos, incluido el de Santa Tecla.
Y los pasos del senderista se dirigen ahora a la búsqueda del Río Da Cal y lo primero que nos encontramos son sus aguas bajando desenfrenadas a lo largo del valle y, en un remanso, una preciosa laguna azul que algunos sortean caminando a través de sus frías aguas y otros buscando un paso que acerque sus dos orillas.
El paisaje se encuentra afectado por las consecuencias del último incendio allí ocurrido, pero la belleza del río con sus rápidos y pozas aminora el impacto. Contribuyen también a ello, una serie de molinos, alguno restaurado como el molino Da Pinta, en un bonito enclave, y otros en ruínas pero que dan al lugar un encanto especial.
 Y el caminante, bajo la sombra de los pinos y sobre sendas de arena, con la mullida alfombra de las hojas de castaños o pinos, o cubiertas de hierba verde,  parte ahora al encuentro de la Sierra da Groba y del Océano Atlántico.
Caballos salvajes, mudos testigos del paso del senderista, disfrutan de su libertad paciendo tranquilamente sin que nadie les moleste.
Llegamos así al Mirador de las Antenas, desde donde tenemos una magnífica visión con la inmensidad del océano ante nosotros y el Monasterio de Santa María de Oia allá abajo en la lejanía.
Las saladas aguas, las nubes bajas y la niebla que las cubría esta mañana de domingo, serán compañeras del senderista durante varios km.
Y ya iniciando el regreso obtendremos distintas panorámicas de las tierras del país vecino, el Valle del Rosal y varias cumbres montañosas.
En nuestro caminar llegamos a las cercanías de la Capilla de San Martiño, en donde nos encontramos con la sorpresa de que ayer estaban celebrando la romería del santo con lo que aquello contaba con gran animación proveniente de los muchos romeros que hasta allí se habían acercado.
Pero nuestra jornada no había llegado a su fin, ya que todavía nos esperaba otra de las manifestaciones artísticas fruto de la conjunción de la mano del hombre con la madre naturaleza: Los Molinos del Río Picón, 21 hermosos molinos que vamos encontrando en nuestro descenso, que junto con los del Folón fueron declarados Bien de Interés Cultural y que constituyen realmente todo un tesoro digno de conocer y visitar. ¡No os lo podéis perder!

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