lunes, 31 de marzo de 2014

Senda Fluvial Del Río Tea en Mondariz-Balneario

Esta semana la ruta que traemos hasta El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas transcurre por tierras de Mondariz-Balneario, el término municipal más pequeño de Galicia, y también por terrenos de Mondariz.
Esta bonita senda fluvial del río Tea, es una ruta circular, corta, poco más de 12 km, que se integra dentro de otra de más km conocida como “Ríos y Montes de Mondariz” y tiene su punto de inicio y también final en Mondariz-Balneario, concretamente en el puente de O Cruxón.
Al comienzo iremos por el margen derecho del río Tea para seguidamente cruzarlo a través del primer puente metálico que encontramos.
Continuamos después nuestra caminata alternando las dos orillas del río Tea y también alternando el suelo sobre el que pisamos, que a veces será de hierba suave, otras, pavimentos empedrados, fina arena, pistas de zahorra... Pero siempre fácil, en terreno casi siempre liso y llano, haciendo muy llevadera la jornada para el senderista.
También alternaremos el paisaje que se va ofreciendo ante nosotros.
Con las impresionantes imágenes del río en los rápidos y remolinos de las aguas rugiendo ferozmente en nuestros oídos o sosegando nuestro ánimo en los momentos de remanso del Tea.
Alternaremos el material de construcción de los puentes, pues además de dos metálicos, nos encontraremos también con la magnífica figura pétrea del puente Del Val, siempre imperturbable, cual severo guardián  de las aguas que bajo él se deslizan,
y la majestuosidad del puente de Cernadela, del cual dicen que tiene origen romano siendo reformado en el S. XV.
Por él pasaba una importante vía romana, la XVIII del Itinerario de Antonino Pio. Consta de cinco arcos de estilo ojival, salvo el central que es de medio punto. Y como algún otro puente sobre el Tea, también está rodeado de leyendas y rituales cuya procedencia se pierden en el tiempo.
Habrá también puentes de piedra de menor tamaño y prestigio, pero también con encanto, y algún que otro de madera. También daremos con varios molinos, algunos bien conservados y otros en ruínas pero que mantienen  intacto un aquel de belleza que los hace muy atractivos a los ojos del caminante.
Disfrutaremos de las aguas, magníficas, puras y cristalinas del río Tea que forma parte de la Red Natura, y del río mismo en todas sus vertientes. También de las hermosas playas fluviales de sus orillas, como la de Ríofrío, que cuenta además con un área recreativa,  la de O Ceo y la de Foxaco.
Caminaremos amparados por los árboles propios de ribera, bastantes pinos, robles, castaños, laureles, helechos, cañas de bambú y túneles formados por ellas... Y nos deleitaremos con el canto de los pájaros que en sus riberas y bosques se cobijan.
Nos emocionaremos al pasar sobre las poldras o pasos de Tatín, majestuosos e imperturbables al paso y a las inclemencias del tiempo y al capricho de las estaciones.
Caminaremos por senderos estrechos, propios para el quehacer de  los pescadores, por otros más amplios y también por pasarelas de madera recién instaladas, pero nunca sobre asfalto.
Y después de deleitarnos con tanta belleza acumulada en tan poco espacio, regresaremos, ya por el margen derecho, hasta el primer puente metálico que habíamos cruzado inicialmente y que volveremos a cruzar para dirigirnos a nuestra meta que se encuentra a muy pocos metros.

lunes, 24 de marzo de 2014

Senda Circular En Cortegada, Ourense

La villa de Cortegada, fronteriza y estratégica, en la provincia de Ourense, pero muy cerca de tierras portuguesas y pontevedresas, fue una de las primeras poblaciones, a comienzos del XIX,  en tener casa de baños reconocida oficialmente por el gobierno de Fernando VII.
Y es desde el Balneario de Cortegada, un edificio modernista de 1937, a los pies del río Miño, en el embalse de Frieira, donde comienza y termina la caminata que os traemos hoy hasta El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas.
Se dice que sus aguas, recomendadas para enfermedades hepáticas, respiratorias, gastrointestinales y  de la piel, ya eran conocidas en el siglo XV. Son unas aguas sulfurosas, inodoras, transparentes y de olor y sabor azufrado no muy intenso y que brotan a una temperatura de 30º C.

Es una ruta que tiene muchos puntos en común con el llamado Roteiro de Cortegada, una ruta con algunos km más que esta que os presentamos. El comienzo es realmente una maravilla por el entorno del balneario con el Miño besando sus cimientos y, unos metros más adelante, el incomparable espectáculo que apreciamos desde El Mirador Coto Da Pena.
Durante toda la ruta el paisaje realmente es fantástico, tanto en la parte que transcurre con vistas al Miño como en los de interior, algo más alejados de las aguas y a través de los diversos lugares por los que pasamos.
Con bosques típicos de ribera y otros en los que predomina el pino. Pero también encontramos ejemplares de alcornoques, madroños, castaños, robles, laureles, retamas, helechos… 
Especies que llenan de magia y energía las arboledas y en donde la primavera se manifiesta ya con toda su fuerza.

También muestras de arquitectura, religiosa como el santuario barroco de San Benito en Rabiño, con su humilladero.
El templo, barroco, perteneció al monasterio de Celanova, fundado por San Rosendo, a través del Priorato de Arnoia. Destaca su torre central que se alza sobre la puerta principal dando impulso vertical a la fachada. Sobre la puerta, y en medio de un frontón triangular, se puede observar la efigie de San Benito.
En el interior, relieves de la Trinidad decoran el retablo mayor del XVIII, e impresionante para mí.
También muy presente la arquitectura civil en casas de piedra y hórreos…
Algunos lugares con un encanto especial en donde parece que el tiempo se detuvo…
Otros, ahora abandonados pero que nos muestran con orgullo un pasado de esplendor, y en donde la pátina del tiempo no desmerece, sino que añade más belleza, si cabe, a  pueblos como los de O Vao y A Barca.
Momentos muy agradables para el caminante, con muy poquito de asfalto y la mayoría por senderos en donde se pisa casi siempre sobre hierba, tierra, alfombras de hojas...
Puentes de madera, de piedra y metal…
Subidas y bajadas por senderos naturales, sobre escalinatas de piedra o de madera, pero siempre con la naturaleza como protagonista.
Parajes en donde, sin duda, el caminante se quedará con todas y cada una de las sensaciones que allí  se perciben, los aromas de la vegetación que nos envuelve, el aire tranquilo y puro, los sonidos de los pájaros con sus trinos, las hojas de los árboles, las pequeñas embarcaciones por el río, el tañido de las campanas llamando a misa...
Y el tren... Sí, el tren, que, ajeno al paso de los senderistas, traquetea raudo y ligero en la otra orilla y que nos hace recordar la célebre canción de Andrés Do Barro: O tren que me leva pola beira do Miño…

lunes, 17 de marzo de 2014

Circular En La Sierra Da Groba: Chan Da Lagoa, Mougás, Cabo Silleiro

La Sierra Da Groba es un sistema montañoso que se levanta desde el nivel del mar en Baiona, hasta más de 600 m .
Y La Sierra Da Groba es también la protagonista de la ruta que traemos hoy hasta El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas.
Subiendo por la carretera que va de Baiona a La Virgen De La Roca se llega a un área de recreo con sus mesas y asadores de piedra que se llama Chan da Lagoa. Aquí daremos el pistoletazo de salida y también tendremos la meta de nuestra caminata.
Caminando por sendas de mullida alfombra verde de hierba, deslizándonos por caminos de tierra o de piedras, iremos recorriendo diferentes zonas de La Sierra Da Groba, acercándonos hasta Mougás y Cabo Silleiro.
Desde diferentes puntos tendremos vistas espectaculares sobre el Océano Atlántico y las zonas por él bañadas, así como la presencia casi constante de las Islas Cíes.
El día se presentaba libre de las últimas lluvias, y, tampoco hacía demasiado calor, lo que constituía un agradable momento para el senderista.
Sin embargo, la zona marítima, se encontraba cubierta por un manto de nieblina del que no se desprendió en toda la jornada, lo que hacía algo más difícil la labor del fotógrafo.
Aún así, el caminante, puede extasiarse en la contemplación de la inmensidad del océano y por qué no, también de Las Cíes, difuminadas, surgiendo del mar como fantasmales figuras sobre la bruma existente.
No cabe duda de que es un hermoso recorrido, caminando por sendas flanqueadas por pinos y abetos, algún que otro roble, tojos, retamas, helechos...
Y lo que tampoco podéis perderos es la fantástica imagen de los caballos pastando libremente a lo largo de la caminata. Algunos huyendo despavoridos y, otros, permitiendo el acercamiento del caminante.
También os llamará la atención la garita de vigilancia, y la figura imponente del Faro de Cabo Silleiro, majestuoso allá a lo lejos.
Y os asombraréis con las extrañas figuras que las rocas muestran al caminante.
A mí me pareció ver diferentes caras observándonos, impávidas, y hasta delfines saltando alegremente lejos de las calmas aguas del Atlántico en esta mañana de domingo.
En definitiva, un espectáculo de paisaje, que sin duda nos hará pensar, al terminar la caminata, que realmente vivimos en una tierra privilegiada, en donde podemos caminar arriba, con los pies sobre la montaña, y al mismo tiempo senderear con la visión de la inmensidad azul del océano al alcance de la mano.

¡Galicia: Un verdadero paraíso!
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lunes, 10 de marzo de 2014

Circular: Las Fragas De Los Ríos Calvo Y Deva

Y esta vez la ruta que presentamos en El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas transcurre por tierras de A Cañiza.
Se trata de la senda conocida como “Fragas e levadas dos río Calvo e Deva” o también PR-G 165. Nosotros comenzamos en Ponte Taín, muy cerca de As Caldas, para realizar en un recorrido de casi 15  km y que nos llevaría a descubrir una ruta circular francamente espectacular acondicionada por La Comunidad de Montes e la Asociación de Vecinos de Parada de Achas, del concello de A Cañiza.
Cuando allí llegamos de mañana temprano, el traje blanquecino con que la niebla cubría la mañana se iba diluyendo, deshilachado, entre los árboles del bosque y daba paso a un espléndido día para poder disfrutar mejor de la caminata.
Y nos dispusimos a seguir a los ríos Deva, Oulo y Calvo en el discurrir de sus aguas hacia el Miño. Y ya desde el primer momento nos maravillamos con lo que íbamos encontrando.
Ellos nos llevarán por remansos tranquilos, también por rugientes rápidos y deslizantes cascadas...
Nos harán ver paisajes en los que parece que el tiempo se ha detenido y que bien podrían ser el escenario de muchos de nuestros sueños. Y en donde la fantasía echa a volar libremente. En los que bien podían haberse sucedido todas esas historias y cuentos de hadas que conocemos tan bien.
Parajes de ensueño con un aquel de misterio y emoción. Rincones en donde podríamos buscar los secretos guardados por nuestros ancestros, acompañados simplemente del sonido del agua, de los árboles, de los pájaros y también, del silencio.
Fragas en donde todo puede ocurrir, por la magia que se vive en el ambiente. Todo ello adornado con la compañía de curiosos árboles centenarios con caprichosas formas en sus ramas y sus troncos, silenciosos guardianes de la riqueza que atesoran.
Nos harán ver épocas pasadas con el testimonio de los molinos que encontramos esparcidos por casi todos sus rincones, algunos incluso con nombre propio.
Nos harán caminar por levadas, sendas de tierra, y tramos empedrados, caminos reales por donde la mismísima reina Doña Urraca se dirigía a La Franqueira.
También nos llevarán a cruzar puentes y saltar de piedra en piedra, y a bajar o subir escaleras. Jugarán con nosotros en regatos y lagunas y nos harán ver la potencia y la energía que almacenan en su interior.
Encontraremos un bosque en donde lo que priman son los arcornoques.
También, claro está, bosques de ribera, con acopio de musgo, helechos, líquenes, hiedras...
Y aunque todavía no estamos en ella, la magia de la primavera estaba ya en el ambiente: pájaros trinando, nuevos brotes en los árboles de hoja caduca, flores, mariposas, laureles, molinos, árboles, agua, piedra...
Variedad de colores y tonalidades con el sempiterno verde de nuestra campiña, el dorado de la crujiente alfombra sobre la que deslizamos los pies, el amarillo de mariposas, mimosas  y jacintos, el rosa de las uces en las laderas, el blanco cristalino del agua en algunos momentos y la transparencia en otros, y el azul del cielo allá arriba. Y los sonidos directamente del tocadiscos de la naturaleza en funcionamiento, despertando del letargo invernal.
Reseñar también que no es necesario utilizar GPS porque está muy bien señalizada y no hay posibilidad de desviarse y cuenta también con numerosos paneles explicativos a lo largo del recorrido.
Como veis todo un regalo para la vista y el espíritu. Incluso hay zonas del río en donde hay acumuladas piedrecitas formando diferentes figuras como si nos encontrásemos en un espacio Zen. También hay tramos exigentes para el caminante con alguna que otra subidita. Pero enseguida recuperamos las fuerzas y continuamos alegremente la senda rodeados de tanta belleza. ¡No podéis perdérosla!